Destino de invierno: viaje al corazón del Sáhara tunecino

Viernes 20 de Enero del 2017

No, no se trata de un espejismo. En esta zona se guardan los oasis más espectaculares de África. Escenarios naturales que parecen de otro planeta. Es el mejor momento para visitarlos

Foto: El Sáhara tunecino posee escenarios que parecen sacados de otro planeta, de otro tiempo

El Sáhara tunecino posee escenarios que parecen sacados de otro planeta, de otro tiempo

Una infinidad de páginas literarias y escenas del cine y la televisión han marcado en nuestra retina a los oasis, que se encuentran entre los escenarios más impresionantes de la naturaleza y que son, desde hace siglos, puntos imprescindibles –por el comercio, por la cultura, por la mera supervivencia– en los mapas de todos los viajeros que se han adentrado en ese (más impresionante aún) océano de arena que es el desierto del Sáhara. Pero esa imagen onírica se disuelve como un azucarillo cuando nos hallamos ante ellos y somos afortunados testigos de su rotunda belleza, de la constatación de uno de los milagros –pues eso parecen– más espectaculares del planeta: frondosos vergeles que brotan en medio de la inmensidad del vacío más absoluto y en los que el agua reina por encima de todo.

La medina de Tozeur

La medina de Tozeur

Entre los oasis más famosos del mundo–su fama se remonta a la época de la dominación romana del Norte de África– se encuentran los de la región de Jerid, en el sudoeste de Túnez y al norte del Gran Erg Oriental, el tramo tunecino del desierto del Sáhara. La capital de la región, Tozeur –la Thusuros de los romanos pero también la del tren a Tozeur que cantaba Franco Battiato, el famoso tren Lagarto Rojo, convertido hoy en atracción turística-, es hoy una ciudad de más de 60.000 habitantes en el corazón del oasis que le da nombre y en la que no falta de nada: desde aeropuerto internacional hasta fantásticos hoteles boutique, pasando por todos los servicios e infraestructuras –supermercados, restaurantes, comercios– y, sobre todo, por una impresionante medina, estupendamente conservada, y que tiene como principal rasgo de carácter una metodología de construcción exclusiva de la ciudad, el uso de ladrillos en relieve que recrean distintas formas geométricas conformando dibujos que imitan los diseños de las alfombras y tejidos locales, y que arropa las fachadas de edificios tan interesantes como las mezquitas de Sidi Abib Lakhadar y la de el-Ferdous, cuyo almenar es la señal de identidad más reconocible del perfil de Tozeur. Pero, sobre todo, lo más interesante de Tozeur es el bullicio de sus calles y de sus comercios, un bullicio que no ha cesado de producirse desde hace siglos, desde que la ciudad era punto de parada obligado para las caravanas que atravesaban el desierto usando la vía romana entre Biskra y Gabès para aprovisionarse de agua y de dátiles, que tienen merecida fama de ser los mejores del mundo.

Escenarios de película(s)

Tozeur es la base de exploración ideal para lanzarse a descubrir los oasis de la región del Jerid, de la que es capital. A unos 45 kilómetros de espléndida carretera se encuentra el de Chebika, ya conocido por los romanos, un oasis de montaña enclavado en una pequeña formación elevada desde la que se tienen espectaculares vistas de la inmensidad del desierto, y en el que es posible bañarse en sus numerosas piscinas naturales; el de Tamerza, también muy cercano y con cascadas, y el de Mides, articulado en torno a un cañón escarpado famoso, además de por su belleza, enmarcada por las casas de adobe del poblado bereber que domina el cañón, por haber sido escenario de rodaje de 'Star Wars: La amenaza fantasma', como lo fue también el poblado de Ong Jemel, a cuyas afueras se levantó otro set de rodaje de la saga de George Lucas y que está, al tiempo, en mitad del desierto pero a un paso de Tozeur. No es la única película rodada en estos parajes: 'El paciente inglés' es otra de las producciones internacionales que han dado fama a Tozeur y sus alrededores.

El oasis de Tamerza

El oasis de Tamerza

Todos estos oasis de Tozeur son oasis de montaña, de perfiles abruptos y escarpados, diferentes paisajísticamente a otros grandes oasis del Sáhara tunecino como el de Kshar Ghuliane, al sur del Gran Egg Oriental, a unos 200 kilómetros de Tozeur, y que encaja al 100% con la imagen preconcebida que podamos tener de un oasis: se extiende por hectáreas alrededor de una gran piscina de agua flanqueada de palmeras con una parada en la que descansar del viaje al calor de un té a la menta, un refresco o una ducha.

Frecuentado también desde hace siglos por caravanas de camellos, comerciantes y ejércitos (romanos, bereberes, árabes e, incluso, alemanes y aliados), el oasis es tan famoso por su oferta de alojamiento en campamentos, rutas en camello y quads como por sus diferentes hitos históricos, como un obelisco que conmemora la victoria de los aliados sobre los ejércitos alemanes –esta zona fue escenario de batallas durante la II Guerra Mundial– o el fuerte romano que, desde una elevación accesible por camello o quad, domina el oasis. Una panorámica –el mar de dunas encontrándose con el mar de palmeras, oteados desde ruinas romanas– de una belleza tan increíble que, especialmente al atardecer, se incrusta en la piel como un tatuaje y con el mismo efecto: no se borrará jamás de la memoria.

Atardeceres en el desierto tunecino

Atardeceres en el desierto tunecino

Datos prácticos

Cómo llegar: Tunisair vuela a Túnez desde Madrid (cuatro veces por semana) y Barcelona (cinco frecuencias semanales). Desde allí, hay conexiones áreas diarias a Tozeur.

Dónde dormir: En Tozeur, Dar Tozeur es un precioso hotel boutique con encanto que ocupa un edificio histórico restaurado en la medina. El hotel Ras El Ain, destaca por su excelente oferta de talasoterapia. En el oasis de Ksar Ghilane, es posible dormir bajo las estrellas del Sáhara en el campamento Zmela, una experiencia realmente inolvidable.

Fuente: http://ow.ly/SCNN308bVUo