Cinco mentiras sobre la #alimentación que solemos creer

Lunes 23 de Octubre del 2017
  • La información sobre nutrición avanza rápidamente, por lo que hay que mantenerse actualizados

Cinco mentiras sobre la alimentación que solemos creerEl azúcar no solo daña los dientes

os obliga a mantenernos alerta. Algunas creencias que hace veinticinco años se daban por ciertas ahora resultan completamente anticuadas: lo que entonces era sabiduría y se sustentaba en ciertas teorías, puede haber caído por su propio peso.

Inmaculada Rebollo Romero, dietista-nutricionista en Centro Médico Sual, da cuenta de la necesidad de renovarse continuamente que tiene un especialista en la materia: “La nutrición es una ciencia joven si la comparamos con otras como la medicina o la farmacia y avanza rápidamente, lo que nos obliga a mantenernos actualizados. Sin embargo, el nuestro es un espacio en el que todo el mundo opina y es difícil cambiar la mentalidad de la población ya que los mitos en tema de alimentación son muy antiguos y están muy extendidos y arraigados”.

Internet, ese gran contenedor de información, a veces no ayuda pese al esfuerzo de muchos especialistas a separar el grano del trigo, y seguimos encontrando fácilmente páginas en las que leemos barbaridades referentes a la nutrición. “El problema es que muchas personas ni siquiera dudan, sino que creen como verdades absolutas aquello que leen sin saber muy bien donde buscar la información ni imponer criterios para valorar lo que se está leyendo”, aclara Rebollo Romero.

Estas cinco consignas son un ejemplo de cómo la información nutricional ha cambiado a lo largo de los años y de por qué es importante mantenerse al día. Si todavía las sigues, te estas haciendo un flaco favor.

1. Toda la grasa es mala

Creíamos que la grasa nos hacía gordos per se. Los alimentos libres de grasa se consideraban mejores para la salud, por lo que prescindíamos de alimentos que pueden ser disfrutados como parte de una dieta saludable como las nueces, las semillas, el aceite de oliva, el pescado o el aguacate, que poseen grasas beneficiosas para la salud del corazón y el control de peso, y pueden ayudar a reducir el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.

2. Todas las calorías son iguales

Hace unos años se pensaba que todas las calorías eran iguales, sin importar la fuente, una visión claramente limitada. Ahora reconocemos que las calorías de los refrescos, dulces y otras golosinas ofrecen azúcar pero no vitaminas, minerales, fibra o proteínas, al contrario de las calorías de las verduras, legumbres o pescado, que proporcionan nutrientes en cada bocado.

3. El azúcar solo daña los dientes

Era la excusa perfecta para alejar a los niños de las golosinas y otros placeres, y nada más; las caries las podíamos prevenir con un buen cepillado y su consumo se compensaba con otros beneficios. Pero el azúcar no es tan inocente como creíamos, y en la actualidad se vincula su abuso –especialmente de bebidas azucaradas– con un mayor riesgo de obesidad, diabetes tipo 2, demencia y enfermedades del corazón.

4. La fructosa no causa problemas de azúcar

Para rematar con el azúcar, creíamos que aquella que se encuentra de forma natural en la fruta no causaba problemas, e incluso que para personas con diabetes estaba bien en pequeñas dosis. Entonces empezó a utilizarse como edulcorante y ahora sabemos que un consumo excesivo de estos está vinculado con la resistencia a la insulina y la diabetes tipo 2, además de con el síndrome metabólico, la obesidad y las enfermedades cardiovasculares.

5. Calorías dentro, calorías fuera

La perdida de peso se explicaba con una operación muy sencilla: lo conseguirás quitando las calorías que comes y aumentando las que quemas a través del ejercicio. Eso era todo, comer menos y moverse más. Ahora sabemos que la obesidad es más compleja que eso y en ella entran componentes como la genética, la fisiología, el nivel de actividad, el medio ambiente, la dieta o el estatus socioeconómico.

Fuente: http://ow.ly/BVBp30g3HPB